miércoles, 2 de septiembre de 2015

Sol pleno, lapachos florecidos, orejas verdes, libros hermosos y lecturas compartidas, en un barrio de Barranqueras

 El domingo último, aprovechando la fresca y soleada tarde, desde las 16,00 hs. estuve compartiendo libros y lecturas con niños y niñas de Villa Emilia, en la portuaria localidad de Barranqueras. 

Prof. Oscar Yaniselli compartiendo lecturas con niños y niñas 
 Prof. Oscar Yaniselli...leemos este libro?
 Prof. Oscar Yaniselli y docente mediadora compartiendo libros y lectura
 Acompañado por Sandra Margoza, una docente y lectora voluntaria de esta populosa barriada, disfrutamos leyendo en voz alta, para un grupo gratamente demandante de pequeños lectores y lectoras, varios títulos de reconocidos autores de literatura infantil.


Cerca de las 19,00 hs. cuando el sol empezaba a limitarnos la luz natural, les obsequiamos a cada uno de los presentes, incluyendo a sus familiares, diversos ejemplares de publicaciones literarias editados por Plan Nacional de Lectura, para que continúen deleitándose de la experiencia lectora en sus hogares.

Prof. Oscar Yaniselli en jornada de lectura al aire libre 
 Prof. Oscar Yaniselli
Sabemos que cuando un adulto les lee a los niños -y especialmente si lo hace de manera regular-, éstos descubren progresivamente que los textos tienen significados, que los libros contienen historias interesantes, que cada relato esta construido con palabras o frases que, si el lector adulto los comparte con asiduidad, con el tiempo les serán familiares y podrán incorporarlas a su propio léxico, diversificando su capacidad intelectual y comunicativa.

 Prof. Oscar Yaniselli leyendo libros de las colecciones de aula
La lectura en voz alta incrementa y pone en acción el vocabulario mental y real de los niños, favorece la creación de imágenes mentales (es decir, estimula la imaginación), lo que les permite -básicamente- comprender, valorar y apropiarse, de forma afectiva y eficiente, de las diversas historias que escuchan. Y al comprender, disfrutan. Y si disfrutan, naturalmente la práctica se tornará asequible y comenzarán a demandar su repetición.

El libro empieza a convertirse -de este modo- en una especie de espejo, donde cada niño puede contemplar, recrear o reconstruir una gran parte de su propio mundo interior. Allí comienza su historia como lector...un historia interminable, que se confundirá con su propia vida.